viernes, 17 de febrero de 2012

¿Sabes qué se me ocurrió?




Iba a extraer la parte del discurso que me resultara más significativa, pero la verdad es que no me he decidido por ninguna en concreto. Cada una de las palabras me parecen indispensables. Robin Williams está intachable de principio a fin, desde que muestra su orgullo dañado al comienzo hasta el matiz final del "tú mueves chaval" plantándole inteligentemente un reto, sabiendo que esa pequeña "humillación" es imposible dejarla ahí zanjada para una persona como Will. Para mí es toda una elegante lección de modestia a la que no le falta ni un ápice de verdad (se me ocurre más de un@ que debería verla, escuchar e interiorizar...).

Solo me queda añadir que si alguien no ha visto esta gran película, estáis tardando en hacerlo ;)

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