lunes, 2 de enero de 2012

Compañero de cama

Yo, indefensa, tu amante noctívaga.
Tú, verdugo del sueño, autor de la rendición, compinche del alba.
Brindas a la noche gotas tibias y saladas como manjar.
Tus sutiles tejemanejes me impiden cualquier escapatoria
y caigo presa en tu prolija telaraña, abrazada por tus fuertes manos.
Las sábanas nos abandonan creyendo molestar.
Los minutos galopan ajenos a nuestro tirar y aflojar.
Y entonces me someto a tus juegos de evasión, 
consigues dilatar mis pupilas que fijamente te miran.
Te acercas a mi oído y me susurras,
me susurras realidad descarnada y fantasías.
Y me envuelves en un manto de oleaje, brisa y tempestad
donde tú eres la luna y yo sus subordinadas pleamar y bajamar.
Y cuando tu actividad en la noche consigo amainar
te despides con mirada taimada sin olvidar revelar:
“A propósito, mi nombre es Insomnio
y quizás mañana te vuelva a llamar”.

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